Archivada la causa contra 7 funcionarios acusados de maltratar a un preso en Estremera
La Audiencia Provincial de Madrid ha ordenado archivar provisionalmente la causa contra siete funcionarios de prisiones acusados de maltratar a un preso de la cárcel de Estremera (Madrid) «al no haberse acreditado, siquiera indiciariamente, que los funcionarios emplearan un rigor innecesario contra al interno».
En un auto difundido este viernes por la defensa de los funcionarios investigados, los magistrados de la Sección 16 de la audiencia madrileña estiman el recurso de éstos contra el auto del Juzgado de Instrucción de Arganda del Rey por el que se acordaba la continuación del proceso judicial por un delito previsto en el artículo 533 del Código Penal.
En ese artículo se castiga con inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de dos a seis años «al funcionario penitenciario o de centros de protección o corrección de menores que impusiere a los reclusos o internos sanciones o privaciones indebidas, o usare con ellos de un rigor innecesario».
Los magistrados de la Audiencia concluyen que «el auto dictado no es ajustado a derecho» y se deben archivar las actuaciones «al no haberse acreditado, siquiera indiciariamente, que los funcionarios emplearan un rigor innecesario contra al interno»., en los términos que exige el Código Penal.
Explican que el titular del juzgado de Arganda encargado del caso, al que la Audiencia archivó un primer auto por falta de motivación, dictó el 5 de julio de 2022 un auto de transformación de las diligencias.
Destacan que el interno afectado no llegó nunca a denunciar los hechos, sino que fue la propia administración penitenciaria la que comunicó lo ocurrido a la autoridad judicial, al ver «una cierta disfunción en el parte que emiten los funcionarios», en el que no constaba que hubieran usado una defensa ni esposas, como sí reconocieron luego que hicieron.
Este asunto en todo caso supondría una irregularidad administrativa, añaden los magistrados.
La Sala considera probado que el 9 de septiembre de 2020 un interno «que al parecer es un preso conflictivo, agresivo, violento y que ha protagonizado multitud de incidentes en su estancia en prisión», discutió con dos funcionarios, que intervinieron porque se peleaba con otro preso debido a que tenía en su celda una televisión.
Como el preso conflictivo no tenía la documentación de la televisión, se la retiraron, lo que enfadó al interno, que poco después golpeó la cabina de los funcionarios, por lo que procedieron a cachearle.
En la sala de cacheos el preso reacciono «agresivamente», tirando a los funcionarios el calzado, dando patadas, cogiendo a una funcionaria por la cintura y tirándola al suelo, sin soltarla hasta que otros compañeros trajeron una defensa y le golpearon con ella en las piernas y le esposaron, relatan los magistrados de la audiencia.
Tras esa conducta, fue trasladado a un módulo de aislamiento, sin que ni el jefe de servicios ni el médico apreciaran lesiones en el interno, salvo «un ligero dolor en la rodilla (que la médico achacó a antigua dolencia del interno) y un ligero enrojecimiento en las muñecas, compatible con haber sido esposado».
Ya al día siguiente el interno fue visto por otro médico del establecimiento penitenciario quien ya sí apreció hematomas en el muslo, en la planta de los pies y en los glúteos, lesiones compatibles con los golpes propinados con la defensa, detalla el auto. EFE
Fuente La Vanguardia
La investigación de malos tratos a un preso de Estremera pasa de un juicio por delito leve a una instrucción penal
Los siete funcionarios fueron denunciados por el interno que presentó hematomas en los glúteos y las piernas. La jueza tomará declaración a los investigados
Los siete trabajadores de la cárcel de Estremera acusados de dar una paliza a un preso se presentaron este miércoles en el Juzgado de Instrucción número 1 de Arganda del Rey para celebrar un juicio por delitos leves. Sin embargo, salieron sin ser juzgados porque la Fiscalía consideró que no se trataba de delitos leves y ha solicitado transformar el procedimiento para iniciar una investigación penal más profunda.
De esta forma se abre ahora una instrucción en la que se tomará declaración a los trabajadores, al preso que denunció y se realizarán nuevas diligencias que la juez dictamine, según ha podido confirmar por diversas fuentes Confidencial Digital.
El Ministerio del Interior remitió al juzgado este procedimiento el pasado mes de septiembre después de que el recluso presentara hematomas en los glúteos, las piernas y las plantas de los pies al abandonar el módulo de aislamiento donde había sido trasladado, como informó El País.
Las versiones sobre los hechos ocurridos son dispares. El incidente comenzó cuando el recluso no pudo acreditar con los papeles reglamentarios en prisión que era el dueño de un televisor que tenía en la celda. Fuentes penitenciarias explican que el interno adoptó una actitud agresiva y los funcionarios acudieron a reducirle. Al día siguiente en el reconocimiento médico el preso presentaba signos de violencia en las piernas.
Interior abrió una investigación interna por este suceso, pero además el Comité Europeo para la prevención de la Tortura, que depende del Consejo de Europa, también investigó los supuestos malos tratos.
Por su parte, los siete trabajadores que tuvieron el incidente han seguido trabajando en el centro y niegan tajantemente ningún tipo de maltrato. “Hemos solicitado documentación muy profusa para acreditar que nos encontramos ante un interno peligroso, con un historial de 21 incidentes regimentales”, explica el abogado de los acusados Antonio Suárez-Valdés. Los hechos deben esclarecerse ahora en la vía judicial.
UN JEFE DE SERVICIO TAMBIÉN INVESTIGADO
Y no son los únicos que deben aclararse. Un exjefe de Servicio de la prisión de Estremera (ahora trabaja en otro centro) también estaba pendiente de juicio este martes por un incidente con un interno y un teléfono móvil. De igual forma la Fiscalía ha solicitado una investigación del caso más amplia.
Este episodio sucedió el pasado mes de noviembre cuando una pareja se presentó en el centro penitenciario de Estremera diciendo que quería interponer una denuncia porque había un interno que les estaba amenazando desde el interior a través de un teléfono móvil. Los dos jefes de servicio acudieron a la celda y comprobaron que el hombre tenía un smartphone, unos cascos y un cargador de móvil.
El interno fue interrogado y trasladado a otro módulo. Al día siguiente, después de entrevistarse con otro jefe de servicio, realizó una denuncia en la que explicaba que en el interrogatorio posterior a incautarle el teléfono uno de los trabajadores le había pegado. La defensa del jefe de servicio acusado en este caso la lleva el abogado Miguel Durán y niega por completo que el trabajador agrediera al recluso que no presentaba lesiones.
Estos incidentes han generado en la cárcel de Estremera un clima de confrontación entre la dirección del centro y los trabajadores. Estos aseguran que se les señala y se sienten desprotegidos en cuanto a sus actuaciones por lo que enviaron varios escritos a Instituciones Penitenciarias durante 2020 con las quejas.