La sentencia impone al militar más de cuatro años de cárcel y supone su expulsión del Ejército. También declara al Estado responsable subsidiario de una indemnización de 106.000 euros
MADRID – 16 DIC 2020 – 12:27 CET
El laureado teniente paracaidista Fernando Corona, de 64 años, adscrito a la base área de Alcantarilla (Murcia), convirtió en un suplicio la vida de una de sus subordinadas, la soldado D. E. B., con la que se obsesionó. Reiteradas veces, entre 2014 y 2016, cerró la cortina de la oficina de la secretaría de la Escuela Militar de Paracaidismo, en la que ambos trabajaban, y le espetó: “Mira cómo me pones”, “te gustaría comérmela…”. Así se describe en una sentencia que acaba de dictar la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo y que supondrá su expulsión del Ejército. El alto tribunal le ha impuesto una pena de más de cuatro años de cárcel y ha declarado al Estado responsable subsidiario de una indemnización de 106.000 euros para la perjudicada.
Según el alto tribunal, la soldado esquivó como pudo durante meses las propuestas sexuales de su jefe, pero él insistía una y otra vez en acosarla. Y como ella le rechazaba, la actitud del teniente era bajarse los pantalones y masturbarse delante de ella, habitualmente en la oficina que ambos compartían en la citada escuela militar. Harta de humillaciones, la víctima, cuyo nombre se corresponde con las iniciales D. E. B., consiguió hacerle una foto mientras él se masturbaba y se la mostró al comandante de la base, quien abrió una investigación que acabó en los tribunales militares con una condena de seis años de prisión por distintos delitos de maltrato a subordinado, acoso y abuso sexual (en una ocasión llegó a tocar los genitales de su subordinada sin su consentimiento). Fue el final de su larga pesadilla, que le costó una baja de 720 días por daños psicológicos.
La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha decidido ahora imponerle una pena de cuatro años y seis meses de cárcel. Una de las penas, por abuso de autoridad con maltrato a un subordinado, se eleva a tres años y un día de cárcel. Ese día de prisión añadido a los citados tres es significativo porque en la práctica supone la expulsión del Ejército del teniente Corona, hoy en la reserva. Y no solo eso, este laureado teniente, muy popular en Alcantarilla, su ciudad natal, tendrá que resarcir a su víctima con 106.754 euros; y si se declarase insolvente, tendría que hacerlo por él el Ministerio de Defensa, como responsable civil subsidiario, destaca la sentencia.
A lo largo de 180 folios, la Sala de lo Militar del Supremo desgrana el sinvivir que provocó el teniente Corona a su subordinada. No solo se masturbaba delante de ella, también abusó de ella con tocamientos. Entre otros hechos, el Supremo describe cómo el 14 de enero de 2016, con ocasión de un trayecto en coche desde la base de Alcantarilla hasta el Hospital Militar de Cartagena, el teniente Corona ordenó que fuese ella, y no el conductor habitual, quien lo llevase en coche oficial al centro médico. Corona no se sentó en la parte trasera del vehículo. Se instaló en el asiento del copiloto y se masturbó delante de ella durante el trayecto. Ya lo había hecho reiteradas veces en la oficina de la secretaría de la escuela. A la vuelta en coche, le propuso, además, ir ambos a una casa que él posee en Los Alcázares para “mantener relaciones sexuales”. La soldado, defendida en esta causa por el letrado Antonio Suárez-Valdes, se negó y apretó el acelerador para llegar cuanto antes a la base militar.
Los reiterados ruegos de la soldado al teniente para que la respetase cayeron en saco roto. Por este motivo, según se recoge en la sentencia del Supremo, en una ocasión, mientras el mando se masturbaba ante ella en la oficina de la escuela, ella lo fotografió. Sabía que debía reunir pruebas para que la creyesen los otros mandos. La soldado fue con la foto al comandante de la base y este activó de inmediato el protocolo de acoso y abuso sexual existente en el centro.
Las consecuencias de las actuaciones del teniente han sido muy dolorosas para la soldado. Señala la sentencia que, en un primer momento, tuvo que darse de baja durante 720 días por trastorno de ansiedad, que somatizó, entre otras dolencias, en “problemas gastrointestinales que luego derivaron en un trastorno postraumático cronificado por el que ha necesitado tratamiento psiquiátrico. Casi dos años de baja laboral.
Un tribunal militar de Murcia abrió diligencias y decidió imponer al mando militar seis años y seis meses de cárcel por delitos de trato degradante, inhumano y humillante y otros tres años más por acoso y abuso sexual. El Supremo le ha reducido ligeramente la pena al entender que uno de estos delitos ya está subsumido en el que lleva aparejada la pena de tres años y un día por el trato degradante y reiterado hacia su subordinada. No podrá acercarse a ella a menos de 500 metros ni frecuentar los lugares donde esté la víctima durante al menos de cinco años.
Esta sentencia supone la expulsión del Ejército del teniente y una mancha gigantesca en su prolijo currículo, ya que había sido laureado en siete ocasiones como paracaidista, lo que contrasta con el humillante y delictivo trato que dio a su subordinada valiéndose de que era su jefe.
Fuente: EL PAIS
Entra en prisión el teniente condenado a 4 años por masturbarse ante una soldado
El militar fue condenado por el Supremo por abusar y acosar sexualmente a una subordinada y maltratarla durante años.
El teniente Corona, un militar del Ejército del Aire condenado a cuatro años y medio de prisión por abusar y acosar sexualmente a una de sus subordinadas, tendrá que entrar en los próximos días en la cárcel después de un tribunal denegase su petición de suspender el ingreso por motivos de enfermedad.
La resolución, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, ha sido tomada por el Tribunal Militar Territorial Primero tras un nuevo recurso interpuesto por la defensa del teniente, una vez conocida la sentencia del Tribunal Supremo que enviaba a Corona a prisión. El condenado llegó a maltratar durante años a la víctima en su oficina, a masturbarse delante de ella, a someterla a un interminable calvario de abusos y acoso sexual.
La defensa del militar pidió aplazar la ejecución de la pena alegando que el teniente había sufrido una hemorragia subaracnoidea, es decir, un sangrado que se produce en el espacio entre el cerebro y la membrana que lo rodea. Sin embargo, los magistrados que han deliberado sobre esta petición rechazan que se suspenda la entrada en la cárcel al entender, a la luz de la documentación aportada, que no se trata de un caso de vida o muerte.
«Se trata de un fenómeno grave», dice el tribunal en su resolución, «pero la documentación aportada por la defensa no permite considerar que nos encontramos ante uno de los supuestos que dan lugar a la suspensión, como es la especial gravedad de la misma».
Según explican los magistrados del tribunal militar, para establecer en el informe médico que el condenado padece una enfermedad grave la defensa centra la atención en el supuesto riesgo de muerte y en la calidad de vida del enfermo. Sin embargo, concluyen los jueces, «de la documentación aportada no se desprende esto, ya que el condenado se encuentra dado de alta en domicilio, pero no ingresado en el hospital».
«Para ti soy ‘tu Fernando'»
La subordinada del teniente Corona, , cuyo nombre omitiremos por preservar su identidad, se convirtió en su víctima prácticamente desde el día en que entró en la escuela. En las instalaciones, de la Base Aérea del Ejército del Aire en Alcantarilla (Murcia), es preciso dirigirse a los superiores anteponiendo al inicio de la frase la escala militar. Se trata de una muestra habitual de respeto. En una ocasión ella se dirigió a él como «mi subteniente», pero Corona le respondió: «Para ti soy ‘tu Fernando'».
Fue solo el principio. Entre octubre de 2014 y marzo de 2016, el entonces subteniente Corona aprovechó un momento en que estaban solos en el despacho de la Secretaría de la Jefatura de Estudios. Allí comenzó a proferir hacia ella frases tales como «mira como me pones», «te gustaría comérmela».
Corona se tocaba el pene delante de ella. Ella se oponía. Pese a su constante negativa, él continuaba con el acoso. En una ocasión llegó a tocarle exteriormente en los genitales. Una y otra vez, le proponía mantener relaciones sexuales y la amenazaba en caso de no acceder.
El teniente llegó incluso a masturbarse delante de ella dentro de un coche, en un trayecto que ambos tuvieron que cubrir el 14 de enero de 2016 al Hospital Militar de Cartagena. El suboficial había solicitado que la víctima fuese la conductora. Él se colocó en el asiento del copiloto. Aprovechó el viaje para proponerle desviarse a su casa de la playa en Los Alcázares. Quería mantener sexo con ella en aquel lugar. Ella se negó. Él tomó la decisión de masturbarse a su lado.
Son solo algunos de los episodios del calvario que tuvo que soportar aquella mujer. Hace unos meses el Tribunal Supremo confirmó la condena de cuatro años y medio de prisión para el teniente del Ejército del Aire.
Sentencia
En su sentencia, la Sala de lo Militar del Supremo estimaba parcialmente el recurso de casación del teniente Fernando Corona reduciendo su condena de seis años y medio a cuatro años y medio de prisión por entender que uno de los delitos por lo que fue condenado estaba subsumido en otro.
Los delitos de los que se le encontró culpable: abuso de autoridad en su modalidad de acoso y abuso sexual así como en su modalidad de trato degradante, inhumano o humillante, en concurso ideal con lesiones psíquicas.
Estas situaciones provocaron que la soldado tuviera que cogerse una baja médica por «trastorno de ansiedad». Las consecuencias: «somatizaciones», «problemas gastrointestinales», «estrés postraumático». Este síndrome se le cronificó de tal modo que todavía hoy continúa necesitando tratamiento psiquiátrico, psicológico y farmacológico.
Ahora el teniente ya no podrá librarse de la prisión. Antonio Suárez-Valdés, abogado de la militar acosada, señaló, una vez se conoció la condena, que ésta resultaba «absolutamente ejemplar y ejemplarizante». «Marcará, en el futuro, cómo deban abordarse los casos sobre acoso y abusos sexuales que puedan surgir en el ámbito de las Fuerzas Armadas. La expulsión de los acosadores del Ejército, como la acordada en el presente caso, resulta absolutamente fundamental para terminar con esta lacra que periódicamente golpea las Fuerzas Armadas».
Fuente: El Español